Presentación de Afucap ante la Comisión de Cultura, las Artes y Comunicación de la Cámara de Diputados

Sesión del 4 de junio de 2020, que se refiere a: “la implementación de medidas de apoyo para el rubro de la cultura durante la emergencia sanitaria del Covid-19 elaboradas por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y la redistribución presupuestaria de sus programas, y el potencial recorte presupuestario mandatado por la Dirección de Presupuestos”

Señor Presidente

Agradecemos la invitación que hiciera a la Asociación Nacional de Funcionarios y Funcionarias del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio – AFUCAP, a quien vengo a representar.

Saludo a las y los parlamentarios, las y los trabajadores del congreso que se desempeñan en esta comisión, Sr. Subsecretario, y en especial a las mujeres invitadas a esta sesión, representantes de organizaciones, espacios y sindicatos de cultura.

Quisiera aprovechar de reconocer a todas las gestoras, gestores culturales; creadores, cultores, artistas y a todas y todos los trabajadores de las culturas, las artes y el patrimonio que pese a la incertidumbre y dificultades por las que están pasando en estos momentos, con más fuerza y convicción siguen entregando lo mejor de sí para aportar a la sociedad y a las comunidades en estos difíciles momentos. Reciban nuestro abrazo y admiración.

Enviamos también un cariñoso saludo las compañeras y compañeros del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Ministerio, en adelante), con quienes hemos trabajado incansablemente para mantener activa esta institución, incluso a costa de nuestros recursos cubriendo los gastos en equipamiento, servicios básicos y redes para improvisar en nuestros hogares, activos y en ocasiones extenuantes espacios laborales.

Venimos con la misión de persuadir al poder legislativo para que utilice todas sus herramientas y genere todos los mecanismos a su alcance, que permitan responder en propiedad y con medidas concretas a las y los trabajadores de las culturas, las artes y el patrimonio que hoy más que nunca – y con la máxima urgencia-, requieren de eficiencia y eficacia en la toma de decisiones desde quienes están a cargo del país.

Señor Presidente

Luego de todas las sesiones dedicadas al tema, las decenas de organizaciones y sectores que en interesantes exposiciones han entregado antecedentes nacionales e internacionales, con experiencias y acciones, datos y estadísticas, demandas y propuestas, estamos en condiciones de plantearnos y responder a la siguiente interrogante:

¿Cuáles son las lecciones que nos está dejando esta pandemia en relación con el sector de las culturas, las artes y el patrimonio?

Podemos partir compartiendo algunas respuestas, que cada una y uno de los presentes podrá complementar, desarrollar o convertir en acciones o demandas concretas, de acuerdo a sus responsabilidades con el país.

Que la cultura ha sido uno de los soportes más relevantes para nuestra sociedad en el marco de la crisis sanitaria mundial a la que nos enfrentamos como generación. Las expresiones artísticas de la cultura han destacado como aliciente en momentos de encierro, han aportado a mejorar estados psicológicos y de alta tensión a los que estamos sometidas producto de la cuarentena y la incertidumbre. La cultura ha estimulado la creatividad, pero también la solidaridad y la cooperación.

Que las comunidades han asistido a la mayor liberación de conocimientos y producciones artísticas que se haya visto en la historia, que ha estado a disposición de gran parte de la población mundial y nacional de manera gratuita y permanente, abarcando todos los lenguajes artísticos en los más diversos formatos y calidades.

Que la cultura, como derecho humano inalienable, debe ser considerada como la viga maestra en la estructura social y, por lo tanto, un soporte fundante para la nueva constitución de un Chile democrático, diverso, profundamente respetuoso los derechos humanos, que aprende de las experiencias y valora el aporte de su gente.

Que el sector de la cultura, pese a su inconmensurable y reconocido aporte a la sociedad para hacer frente a las medidas de cuarentena y distanciamiento social en el marco de la pandemia mundial, es un sector tremendamente precarizado en sus estructuras laborales.

Que, por lo anterior, es urgente considerar un cambio sustancial en la estructura política y de financiamiento de la institución a cargo de la cultura del país, que no ha sabido dar respuesta ni sustento a un desarrollo cultural armónico y equitativo -como lo instruye la normativa que lo rige- y que, por lo tanto, corresponde iniciar un profundo cambio en la ley que crea al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Que debemos revisar y muy a conciencia, las políticas culturales con las que contamos y las que necesitamos como sociedad, para que ellas den garantías de desarrollo a todo el país y aseguren la dignificación del trabajo en este sector. Políticas pluriculturales, inclusivas y con perspectiva de género, porque como dijo recientemente Jordi Pascual, gestor a la cabeza de la Agenda21 de Cultura, “las políticas culturales siguen siendo masculinas”.

Y si ajustamos la respuesta a las responsabilidades del Estado a través del Ministerio, vemos que:

Chile no tiene conciencia de la gravedad de la precarización que ha entronizado para quienes se dedican a las culturas, las artes y el patrimonio. Y que, pese al abnegado trabajo que reconocemos en nuestras compañeras y compañeros, a nivel institucional se improvisó un plan de emergencia para la cultura que al parecer se hizo, tal como reconociera en el ámbito de la salud pública el Sr. Mañalich -de quien aun esperamos escuchar su pronta renuncia-, desde el desconocimiento de la precarización del sector.

Que la concursabilidad no puede ser la base de la distribución de recursos públicos en cultura pues es reconocida como mecanismo que segrega entre quienes tienen competencias y quienes no, quienes tienen acceso a la información y quienes no, quienes tienen acceso digital y quienes no. Y en la actualidad, considera requisitos que de ninguna manera la hace equitativa, porque la concursabilidad impone trabas que impiden la entrega inmediata de recursos. Por que un concurso no es aceptable bajo las carencias que nos deja la emergencia sanitaria. Las leyes del mercado regulan la cultura a través de la concursabilidad que exacerba las desigualdades, la brecha digital, la discriminación. Tal como lo mencionara hace un par de sesiones la Diputada Marzán, no se hace concursar a los hospitales por insumos, porque todos ellos los necesitan por igual.

Que el país desconoce absolutamente cuántos y/o quiénes son las y los trabajadores de la cultura, qué necesidades tienen y de qué manera aportan a la sociedad en su conjunto, porque no cuenta con un registro serio como lo fuera en su momento la Cartografía Cultural de Chile, que nos permitió estimar de qué hablamos cuando nos referimos al mundo cultural de nuestro país. No sabemos dónde están y sin esos antecedentes menos podemos estimar si lo que se necesita son 15 mil millones o más. Así como los 2 millones y medio de cajas de mercadería, los 15 mil millones no tienen mecanismos de distribución y, así como vamos, llegarán cuando la situación de desempleo y necesidades básicas de las comunidades a las que nos corresponde atender sea más que insostenible. Necesitamos un sistema de registro exhaustivo, para que, en el plano de una pandemia o cualquiera de los desastres naturales que han acompañado nuestra historia, las medidas de apoyo al sector cambien su eje a las realidades del protagonista, porque es muy difícil desarrollar una política en este sentido sin un catastro real de la situación a nivel territorial.

Que la rigidez que ha demostrado el Ministerio en sus propuestas, dignas de la estructura burocrático-administrativa del Estado, juega en contra cuando se trata de atender urgencias en situaciones excepcionales. Sin embargo, como lo expuso el Diputado Marcelo Díaz en la sesión del 20 de mayo, no es imposible diseñar una política de subsidios directos. Instamos a las autoridades de cultura (Subsecretario) a aceptar el apoyo que el Diputado Díaz ofrece para impulsar un proyecto de ley extraordinario, para propiciar “menos concursabilidad y más asignación directa, con velocidad”. La rigidez de la que hablo queda también de manifiesto en la respuesta que la Ministra Valdés entregara a los 7 oficios enviados por esta comisión entre el 17 de marzo y el 13 de abril que llega el 29 de mayo y con el mismo contenido que presentara en la sesión del 20 de abril. Tres meses perdidos aun cuando tienen la posibilidad de proponer medidas concretas que ayuden a salvar la situación hoy, con acciones excepcionales para contextos excepcionales, ¿qué más excepcional que este?

Que la desconfianza en la ciudadanía cultural llega a tal extremo en esta administración que, a las reiteradas consultas de las organizaciones culturales y de las y los parlamentarios de esta comisión por conocer el origen de los 15 mil millones o las acciones o programas 2020 que sufrieron recortes y que los sufrirán el 2021, al parecer se han convertido en información clasificada. Es necesario iniciar una sociedad nueva, en la confianza y la transparencia.

Que las autoridades no han sabido defender los recursos para la cultura pues han aceptado sin mayor protesta ni argumento, los recortes presupuestarios para el próximo año. Una obsecuencia que afectará a un número indeterminado de personas que se desempeñan en el sector artístico y sus entornos familiares. Y han permitido o estimulado el brutal recorte presupuestario que incluso ha dejado importantes programas como Infraestructura Cultural con presupuesto 0 para el 2020, asumiendo tal decisión, al parecer, sin fundamento técnico y desconociendo un área que podría significar activación de la economía con la generación de empleos.

Que pese a los insuficientes mecanismos de apoyo, estos se han orientado a espacios culturales de elite, poniendo al mismo nivel a las organizaciones culturales con fines de lucro y las sin fines de lucro, enfatizando mayoritariamente en producciones artísticas más que en los procesos creativos y culturales diversos, en especial los que tienen que ver con las organizaciones culturales de base comunitaria que dan cabida a las expresiones artísticas locales, altamente informalizadas pero absolutamente necesarias en los territorios.

Sobre el “potencial recorte presupuestario mandatado por la Dirección de Presupuestos” que menciona en la invitación, para quienes trabajamos en la SCA, es un hecho. Hemos debido proyectar la planificación 2021 en tres escenarios y el mejor implica un recorte del 10% del presupuesto en el que las contrataciones, con las que tanto se podría potenciar la continuidad de trabajo en cultura, no están permitidas.

Y ¿qué no se ha hecho en Cultura? Disponer de instancias legislativas especiales que protejan a las y los trabajadores de la cultura, crear subvenciones para la cultura sin excluir a las culturas de base y con enfoque territorial. No se ha postergado ni cancelado pago de arriendos, créditos, impuestos o servicios. No se han entregado, como acción inmediata y posible, sueldos éticos para las y los artistas en especial a las y los más precarizados mientras dure la pandemia. Y tantas otras acciones que podrían estar aliviando de la preocupación de tener que salir por el sustento diario a tantos y tantas colegas del sector.

La cultura es parte fundamental de la vida de las personas. No después, sino ahora, somos nosotros y nosotras quienes estamos escuchando, viendo y participando de esta mesa, en esta comisión quienes debemos instalar en nuestro quehacer público a la cultura como pilar del desarrollo humano. Si no es ahora, cuándo. En estado de catástrofe esperamos que las autoridades hagan uso de sus facultades e implementen procedimientos eficaces y oportunos, sí, también en cultura.

Con su permiso y por su intermedio, señor Presidente, propongo a esta comisión que genere una mesa conformada por agentes y contrapartes culturales, preocupadas por el estado actual y futuro de la cultura de nuestro país, para crear una ley que aborde respuestas inmediatas a las necesidades de la cultura, en tiempos de emergencia. Y como AFUCAP, estaremos muy dispuestas y dispuestos a participar en una iniciativa como esta.

Con su permiso y por su intermedio, señor Presidente, me tomo estos últimos minutos para alertar…sobre la rebaja de presupuesto que le anunciaran a los 6 de los 80 sitios de memoria que reciben recursos del Estado: Villa Grimaldi, Londres 38, José Domingo Cañas, Memorial Paine, Neltume, Archivo de la Vicaría de Solidaridad. Se trata no solo de un compromiso sino de un deber del Estado mantener y robustecer esta como política de reparación por sus crímenes de lesa humanidad. Esa rebaja de presupuesto no se puede permitir

Muchas gracias.

Marianela Riquelme Aguilar, Presidenta de AFUCAP.

Valparaíso, jueves 4 de junio de 2020.

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