
22 de ABRIL de 2021.- La presidenta de AFUCAP, Patricia Torres, participó en la sesión de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados del 21 de abril, donde se refirió a dos problemas puntuales que aquejan a los trabajadores/as del mundo de la cultura y a funcionarios/as de la cartera.
Torres manifestó a los miembros de la mencionada comisión “nuestra solidaridad y apoyo a todas las personas que trabajan en el sector artístico, que se ha visto tan profundamente dañado por efecto directo o colateral de la pandemia… No podemos sino afligirnos por la realidad que ha creado la pandemia y por las insuficientes medidas de gobierno, que configuran un difícil escenario para el sector artístico”.
La dirigente agregó que “se cree que los fondos concursables son una solución para los artistas y que son un camino real y eficiente para contener una situación que hace mucho rato está desbordada… Los fondos concursables son el único mecanismo que la autoridad ha visualizado. Sin embargo, las comunidades artísticas y las mismas organizaciones de funcionarias y funcionarios como la que me corresponde presidir, hemos manifestado que este mecanismo es excluyente, segrega y no permite avanzar hacia el desarrollo”.
Por el contrario, señaló Torres, “convierte el trabajo en cultura en una permanente competencia cruel y despiadada, como tantos enemigos detectados últimamente, al que solo pueden vencer las y los artistas gestores con tecnología, acceso a internet y con herramientas digitales modernas y adecuadas, que puedan traducir no solo la rebasada estructura concursal sino los requerimientos que una postulación implica. El fondo concursable tiene a su haber una serie de pasos antes, durante y después de la postulación. La evaluación de las propuestas es una de las etapas menos complejas. Es la transferencia de recursos y el cierre de proyectos lo que nos preocupa y afecta en lo concreto como trabajadoras y trabajadores”.
SOBRECARGA LABORAL
Y es aquí donde se genera el segundo problema denunciado por AFUCAP. Torres a la comisión explicó que “al contar con la práctica concursable como único recurso, se recarga el trabajo de los departamentos Jurídico, de Administración y de Supervisión de Proyectos. Como el
Ministerio de Cultura aun no invierte en una plataforma que permita hacer seguimiento a un RUT para verificar su deuda en cartera SIGFE, las y los supervisores no dan abasto para contar con información actualizada y por ende los recursos pueden tardar más de dos meses en ser entregados a los concursantes (artistas y cultores)”.
“En el intertanto, la presión a todas y todos quienes trabajan en esta cadena ha sido cada vez más despiadada y ha provocado diversas patologías entre nuestras compañeras y compañeros. Un alto porcentaje presenta alguna enfermedad de origen laboral, lo que se convierte en una dificultad que las autoridades del Ministerio no han previsto ni solucionado… No es con esta administración que se llegó a la sobrecarga laboral por el exceso de fondos concursables, pero si tiene una alta responsabilidad, ya que no solo no atendieron la dificultad cuando pudieron, sino que además elevaron aún más, a niveles insoportables, la carga laboral”, sentenció la presidenta de AFUCAP.
Como solución, agregó Torres, la autoridad realizó “contrataciones ilegítimas a honorarios que no solo desconocen la rigurosidad del sector público, sino también los procesos más básicos. Casi como una burla, reciben mejor remuneración y sin responsabilidad administrativa, se quedan por un par de meses y luego se les caduca el contrato quedando las y los funcionarios con la responsabilidad ante eventuales errores”.
BÍO BÍO
Como ejemplo, la dirigente señaló que en Bío Bío, la tercera región más grande del país en cuanto a fondos adjudicados a nivel nacional, “existe en la actualidad una sola profesional encargada de la Unidad de Fondos, profesional grado 12 y un apoyo administrativo grado 14. Entre ambas funcionarias deben gestionar mil proyectos, lo que corresponde a seis mil millones de pesos. Hoy, además, están siendo auditadas por la Contraloría Regional de la República. Ambas funcionarias gestionan desde la confección de resoluciones que declaran seleccionados los proyectos, el seguimiento y apoyo, hasta el cierre de los mismos, lo que implica un sinfín de actuaciones administrativas y responsabilidad funcionaria, mucho más allá de lo humanamente atendible”.
“¿Para quiénes son las políticas concursables que se instalan con tanta dedicación desde esta administración? ¿A quiénes beneficia en realidad, si es engorrosa, discriminadora e ineficiente para la comunidad; explotadora, dañina e ineficiente también para las y los funcionarios que se desempeñan en el sector público?”, preguntó Torres.
Agregó que “nos preocupa es que el aumento de fondos no significa aumento de personal que lo administre. Son las mismas funcionarias y funcionarios de siempre quienes deben hacerse cargo de lo que implica la gestión de cada proyecto. Hemos visto que el trabajo de una persona vinculada a fondos concursable, se ha triplicado este último año por lo que nos encontramos con compañeras y compañeros que, pese a haber aumentado considerablemente su carga laboral, no cuentan con una remuneración equivalente a la responsabilidad y la carga que ello implica”.
Esto, en el corto plazo, dijo, “repercute también en lo que esperan de la institución las y los artistas, las comunidades y organizaciones que se desempeñan en el sector cultural. De la partida presupuestaria para la subsecretaría de las Artes, las Cultura y el Patrimonio, hoy, el 30% de su presupuesto es ejecutado por el área de fondos concursables y a pesar de toda la disposición, pasión y buena voluntad de las y los trabajadores, ésta no cuenta con la estructura suficiente para hacerse cargo de esta situación”.
“Solicitamos, por su intermedio, señora presidenta, a todas y todos los integrantes de esta comisión que exijan a esta administración que cuente no solo con los recursos, sino con el equipo humano; que considere la calidad de vida, las instrucciones de los mandos medios, la presión en las calificaciones de desempeño, las enfermedades, el contexto pandemia y otorgue tecnologías suficientes para responder a la altura y en el tiempo que corresponde al sector que atendemos.
Nos importan las y los artistas, cultores, artesanos, agentes de las culturas y las artes, en quienes repercute directamente la entrega de los recursos con suma eficacia y eficiencia, a quienes nos debemos como trabajadoras y trabajadores del Estado”.
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